Cómo tener una experiencia positiva en las redes sociales tiene más que ver con lo que haces que con el tiempo que evitas entrar a tu cuenta de Instagram, Facebook y Twitter.
Tomar un descanso de Instagram o de cualquier otra red social a la que le hemos dedicado tiempo y energía suena como un ejercicio indispensable para el auto cuidado y la salud mental. Y, aunque no niego los beneficios que esto trae, me parece que es importante señalar las prácticas más efectivas para mejorar la experiencia de uso de estas y otras redes sociales.
Vayamos por partes. ¿Por qué veo lo que veo en mi feed?
Haz este ejercicio por un minuto, y piensa qué sientes cuando revisas tus redes sociales. ¿Te tiene fastidiadx esa persona que se la pasa hablando de sus rutinas de ejercicio? ¿Las fotos de esta otra persona te hacen sentir mal contigo mismx porque la imagen que presentan no tiene que ver con la tuya? O, tal vez, hay dos o tres contactos en Facebook o cuentas de Instagram que te motivan a probar nuevas recetas de cocina, o a aprender los básicos del hand lettering (cuando se puede escribir con letras muy artíshticash y bonitas).
El asunto es que, estos espacios alojados en el internet, se definen principalmente por su nombre general: son redes SOCIALES. Esto significa que se alimentan de la interacción -el llamado engagement– que sucede entre los usuarios. Esta interacción informa a la inteligencia artificial, y esta usa una fórmula alojada en el algoritmo programado por los dueños de la red social para decidir qué contenidos de los miles de millones que existen ahí, van a mostrarte más constantemente.
Sí puedes controlar mejor lo que ves, y puedes usar el internet para mejorar como persona.
Sabiendo qué hay detrás del escenario de las redes sociales puede fácilmente generar un ligero ataque de ansiedad, a la vez que se tiene la sensación de que no hay para dónde correr: parece que estamos destinados a consumir lo que el algoritmo decida.
Pero resulta que, en realidad, el algoritmo es una entidad moralmente neutral. Lo que hace es reaccionar a los hábitos de navegación y consumo digital que le alimentamos.
8 consejos para tener una experiencia positiva en redes sociales
Por eso, es indispensable ser más conscientes y claros sobre cómo nos relacionamos con el contenido que existe en línea, y para ello tengo varios consejos que pueden ayudar como guía.
1. Navegación consciente
El algoritmo está diseñado para observar y registrar cada movimiento -o la falta de este- de lo que estás ya viendo. Si sigues buscando los posts de tu ex, naturalmente vas a ver contenido relacionado con él o ella una y otra vez. Alternativamente, si conscientemente buscas contenido positivo e inspirador, o que hable de temas que te enseñan distintas perspectivas sobre aspectos importantes de la cultura y la sociedad, orgánicamente vas a empezar a ver y recibir más contenido similar, y conocerás más cuentas y hashtags que hablen de ello. Pero ojo: es muy importante que interactúes con esas cuentas y contenido. Así que guarda los posts, escribe comentarios, comparte en tu feed o en las stories… Ve más allá de un like. El algoritmo trabajará a tu favor.
2. Decide cuál es la personalidad de tu cuenta
Este paso es importante porque es el otro lado de la navegación consciente: la generación de contenido consciente. Tienes que decidir si esa cuenta de Instagram, por ejemplo, es para auto promoción o es para conectar con otros.
Si no estás tratando de volverte una figura pública o vender tu trabajo, no hay ninguna necesidad de estresarte construyendo una marca personal. La gente de quien puedes sentir presión por poner cuidado extra en lo que publicas -fotos perfectas, frases motivacionales (muchas veces sin contexto), retos, etcétera- son por lo general quienes usan la plataforma como parte de un esfuerzo calculado para generar ingresos.
Si el uso que le das a tus perfiles en digital son principalmente para conectar con amigos y familia, o compartir tus pensamientos y gustos personales, no hay ninguna razón por la que tengas que invertir tiempo y esfuerzo extra en preocuparte por que se vea «bonito» o «armónico». Para eso, puedes sacar una cuenta de negocio o de creador, y esa sí usarla para promover productos y servicios profesionales.
Conocer a tu audiencia y tu propósito en tus redes sociales ayudará a quitar la carga y tensión existencial que puede venir con existir en el universo digital.
3. Mantén las relaciones cercanas con métodos más íntimos
Empieza una cadena de emails con los amigos del club deportivo al que extrañas ir. Organiza y/o participa en los chats o videollamadas familiares o con el grupo de amigos de la universidad o el trabajo. Márcale a tu mamá, abuelo, tíxs o hermanos.
Mantenerse en contacto con gente que es importante para nosotros o ha impactado nuestra vida es indispensable para conectar y generar conversaciones más profundas porque la información compartida es mucho menos limitada que la que se puede alcanzar con un status en Facebook, un hilo en Twitter o una foto en Instagram.
Y cuando sea seguro verse en persona, ve a tomar el café prometido en tantas oportunidades virtuales.
4. No te tomes los likes seriamente
Tanto si ves los corazones o deditos hacia arriba -o no- en tus posts como si lo ves en los de alguien más, ¡hay tanto que influye para que una publicación logre esto! Desde el algoritmo mismo hasta el que las personas estén interactuando en los comentarios (¡incluso si están peleando o haciendo notar su desaprobación!). Muchos posts son vistos y crean impacto sin que se tome una acción visible.
Comparte lo que piensas y sientes porque así lo quieres, no para conseguir un resultado popular. Los likes son arbitrarios, pero lo que tienes para compartir es siempre valioso.
5. Diversifica tus opciones para interactuar e inspirarte
Si Facebook o las cadenas de Whatsapp son tu mayor fuente de noticias políticas y descubrimientos científicos salidos de sitios raros o generados por «alguien» que no conoces en persona, es probable que estés consumiendo el tipo de contenido que lleva una fuerte carga de teorías de la conspiración que meten ruido a la objetividad. Si Instagram es el lugar en el que más ves sobre ser la madre o padre maravillosx, eventos sociales a los que no puedes asistir, viajes exóticos o retos de ejercicio, es muy probable que termines exhaustx y sobrepasadx por la cantidad de contenido que se crea al respecto, y lo virtualmente imposible que es alcanzar esos ideales de popularidad, dinero y/o estado físico. Lo mismo con TikTok y la creatividad, o Youtube y el ser experto en algo.
Cuando esto pasa, es fácil sentirse inadecuado o en medio de la matrix con el bombardeo de información superficial, y caer en el error de creer que lo que consumimos en redes es más importante y determinante de la realidad de lo que en verdad y objetivamente es. Es una trampa y es fácil caer en ella.
Extiende las fuentes de información e inspiración que consumes: entra a páginas de museos con recorridos virtuales (o visítalos en persona si puedes), lee los libros en lugar de ver las películas, ponte la meta de ver al menos un documental al mes sobre temas que no conoces o de los que quieres conocer más, entra en contacto con la naturaleza paseando por el campo sin electrónicos, o acariciando a tu mascota. Escribe tus ideas y dales seguimiento a las que más te emocionen. Y dialoga con otros escuchando con intención y hablando con amabilidad.
6. Enfócate en lo que puede beneficiarte en cada red social
La enormidad de tus deseos, personalidad y conocimiento no puede constreñirse a un perfil en Instagram o Facebook, ni tampoco a las publicaciones que ves en tu feed. Renuncia a tratar de demostrar ser todo lo que eres en todos tus perfiles. Recuerda, son una herramienta y no un fin en sí mismos. Usa más los que te sirven y no te desgastes en los que no te permitan conectar con quien te interesa.
7. Usa la opción de silenciar
Silencia a quien no te inspira, te enseña algo nuevo o no está en tu círculo cercano. No te vas a perder de nada si no sabes todo lo que hacen y piensan tus primos lejanos o la persona que conociste en un evento de trabajo hace meses. Toma sólo el contenido y las personas que contribuyan a tu misión y visión actual. Esto ayudará a mantener el enfoque y no llenar tu cerebro con un montón de imágenes e información que se disolverá en tu subconsciente. También mantendrá tu feed más corto y concentrado, más potente, y evitará que te pierdas en el hoyo negro que es ir leyendo todo lo que salga ahí.
Puedes hacerlo dejando de seguir a esas cuentas que no te aportan nada, y peor aún, afectan negativamente tu autoestima. Esto funciona maravillosamente en Twitter, Instagram y con las páginas de fans de Facebook. Silenciar las publicaciones de personas específicas también es posible en varias de estas redes sociales, de manera que no los borras de tu listas de contactos (para evitar los dramas) pero no ves sus publicaciones a menos de que los busques directamente. Yo lo he usado en Facebook con un par de personas (¡incluyendo un ex!) y es una maravilla.
8. No te sientas culpable por disfrutar
Si publicar fotos o un video acelerado del proceso que lleva cocinar un pay o pintar tu sala te ayuda a seguir motivadx para seguir cocinando, o para terminar el proyecto de renovación, ¡maravilloso! Si seguir a un extraño en redes sociales diligentemente te inspira a vivir una mejor vida, ¡qué genial!
Muchas veces nos hemos vuelto un poco cínicos o temerosos de que algo que nos gusta ver o investigar se convierta en una «adicción» y nos da culpa aceptar que lo disfrutamos, especialmente la versión visual en Instagram, TikTok y hasta Pinterest. La sensación de disfrute puede ser simplemente la señal de que finalmente estás usando la herramienta correctamente.
Los espacios digitales son abiertos para todos y para (casi) todo. Es responsabilidad de los usuarios poner atención en qué y cómo se consume contenido en ellos. Decide conscientemente qué y a quién vas a seguir, y busca que se alineen con tus necesidades, deseos y emociones.
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