El precio no es valor ni el valor significa costo.
A ninguna de nosotras nos sobra el dinero o, si sientes que te sobra, entonces ese sobrante debería ser presupuestado en un rubro que te importe: ahorro, inversión ¡o incluso diversión y esparcimiento! De lo contrario te arriesgas a desperdiciarlo.
Y, ¿a quién le gusta desperdiciar dinero? A mi no. El dinero, cuando no se desperdicia, puede destinarse a algo valioso. Aunque valioso no necesariamente significa «caro». Mi enfoque personal es centrarme en lo que se llama «costo por uso«, algo que guía mis decisiones sobre compras no perecederas como ropa, vehículos, herramientas y servicios.
Es un planteamiento muy sencillo: piensa en cuántas veces crees que usarás un producto determinado y divide su costo entre esas veces. Imagínate que compras una bolsa de Shein que cuesta 200 pesos (12 USD) y después de 4 meses la has utilizado para el mismo número de fiestas. Cada uso de esa bolsa te costó 50 pesos (3 USD) y luego tienes que comprar otra.
Ahora imagínate que compras una bolsa de buena calidad, para el diario, por 2,000 pesos (120 USD) y la usas de lunes a viernes durante todo el año. Cada uso de esta otra bolsa te habrá salido a menos de 8 pesos (0.50 USD) y posiblemente la seguirás usando el próximo año también.
Si quieres leer más a detalle sobre este concepto y cómo aplicarlo, puedes visitar mi columna Estilo Manifiesto en +Chilango (clic en el enlace y luego página 14).
¿Otro tip? Hacerse un análisis personalizado de colorimetría es una inversión inteligente para tu guardarropa y economía. Descubrir los colores que te favorecen te ayuda a elegir ropa y accesorios que realzan tu belleza natural, evitando compras innecesarias. Esta inversión en colorimetría mejora tus decisiones de moda, asegurando que cada adquisición sea un acierto duradero.
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