Si viajas a Estados Unidos para hacer shopping, la sencilla estrategia de #GrabYourWallet, planeada para pegar en el bolsillo de Donald e Ivanka Trump, es la manera más eficiente de mostrar tu inconformidad con sus posturas racistas y misóginas.
*Photo: Eugene Gologursky/Getty Images
Aunque ahora sabemos mucho acerca de Donald Trump -valiosa información acerca de su tendencia a forzar mujeres a acercamientos no deseados, su convencimiento de que los vecinos del sur son lo peor de la especie humana y otros tantos datos que nos ha regalado durante su campaña-, tenemos también claro un detalle: Al señor Trump le gusta el dinero y el poder que conlleva tenerlo. Esto, en sí mismo, no tiene nada de malo, pero cuando la obsesión por estos dos aspectos de la vida mueven a las personas a mentir, atacar, desestabilizar y dañar a otros, definitivamente la calificación moral se inclina a los negativos.
Dice un dicho que tu mayor fortaleza es también tu mayor debilidad, si tu oponente sabe cómo usarla en tu contra. En el caso de la familia Trump, reconocida por crear riqueza a través de la diversificación de negocios exitosos, golpearles el bolsillo es la manera más evidente de «voltear la tortilla» o, en otras palabras, mostrar con hechos concretos el desacuerdo que se tiene ante las declaraciones del polémico personaje y su tristemente defensora número uno: su hija Ivanka Trump.
«My only goal is to be able to shop the stores I love with a clear conscience and without any bad memories.»
«Mi meta es comprar en las tiendas que me gustan con la conciencia limpia y sin malos recuerdos» me dice Shannon Coulter (@ShannonCoulter) en entrevista. Shannon es dueña de una agencia de mercadotecnia en San Francisco, California y es quien ha iniciado y azuzado el llamado al boicot de las marcas de moda de Donald (ropa para caballero) e Ivanka Trump (zapatos, accesorios y ropa para mujer). Bajo el hashtag #GrabYourWallet («Coge tu cartera», en alusión a los comentarios inapropiados de Donald Trump al referirse a las mujeres que le parecen deseables), Shannon ha convocado y dado seguimiento a un movimiento en el que los consumidores dejan de comprar en las tiendas que distribuyen dichas marcas.
Updated list. Now includes Marshalls. If you’d rather not see the name «Trump» anymore while you’re shopping, call these stores. Tell them. pic.twitter.com/4xXkGcqU4X
— Shannon Coulter (@shannoncoulter) October 14, 2016
» Lista actualizada. Ahora incluye a Marshalls. Si preferirías no ver el nombre «Trump» en ningún lugar mientras haces tus compras, llama a [al servicio al cliente de] estas tiendas. Díselos.»
Según un artículo de Luis Fernando de la Calle en El Universal, 17 millones de turistas mexicanos visitan anualmente Estados Unidos -sin contar a los visitantes de otros países latinoamericanos-, cuya actividad principal durante su viaje es hacer compras en sus distintivos malls. Y, si bien Trump ha expresado su antipatía hacia los «bad hombres» que vienen del sur -esos extranjeros que ha calificado de asesinos y violadores-, dólares son dólares y felizmente recibirán él su familia sus dividendos, después de que las tiendas que venden sus marcas hagan su agosto en la temporada navideña.
Creo, como Shannon, que es momento de poner manos a la obra y, de manera consciente, usar el poder de decisión de compra para presionar social y económicamente contra un personaje público incendiario y completamente irrespetuoso de extranjeros, mujeres, pequeños negocios, minorías, personas con discapacidades y cualquier cosa o persona que se oponga públicamente a sus reclamos sin fundamento.
«¿Servirá el boicot de algo, realmente?», le pregunto en entrevista a Coulter. Su respuesta no deja duda de la confianza que tiene en la fuerza del consumidor:
«Creo que la encuesta hecha por la revista Fortune es bastante contundente al evaluar el sentimiento de antipatía que la marca Trump tiene actualmente», me responde.
Shannon se refiere a este artículo que explica que los resultados de una encuesta nacional, llevada a cabo por la firma Morning Consult a 1983 votantes, muestran que 57% de las mujeres participantes no compraría la marca de Ivanka Trump, a dos semanas de que se propuso el boicot a las tiendas que vendan estos productos. También artículos en Yahoo Style y en Business Insider, dando continuidad a una carta abierta que otra consumidora, identificada simplemente como Laura y con el usuario @Shewhovotes en Twitter, escribió a la cadena de tiendas de lujo Nordstrom, han ayudado a amplificar el mensaje a los consumidores estadounidenses. Es momento de que los latinos hagan su parte, que en este mundo globalizado todas las voces suman.
An open letter to @Nordstrom regarding Ivanka Trump’s toxic brand. Please share if you agree. #grabyourwallets pic.twitter.com/xoayf3kOVF
— Laura (@SheWhoVotes) 26 de octubre de 2016
¿Cuánto tiempo durará la euforia del boicot en la mente de los consumidores locales y extranjeros? Shannon Coulter se muestra confiada en la retroalimentación que ha recibido:
«Miles de hombres y mujeres me han dicho que piensan seguir boicoteando cualquier tienda que no descontinue los artículos de [cualquier miembro de la familia] Trump antes de la elección, sin importar el resultado final de esta».
En mi opinión, más que un asunto de venganza -aunque se antoje hacerlo con esa motivación-, es un tema de solidaridad, coherencia y de integridad. La gran ventaja del consumidor promedio sobre el millonario es que el primero dicta el destino del segundo. Si el esfuerzo del movimiento #Grabyourwallet se verá amplificado si los mexicanos y latinoamericanos que viajan a Estados Unidos ponen atención y evitan comprar en las tiendas listadas como intermediarios de los productos de la familia Trump, creo que es momento de llevar nuestro sucio dinero a otros negocios.
PD: En este episodio del video podcast Estilo Manifiesto, hablamos también un poco al respecto.
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