El día de muertos es una de las tradiciones mejor conservadas en México, por lo cual nos hemos dado a la tarea de ubicar algunas de las celebraciones en donde las podrán vivir en plenitud y conocer más sobre nuestra cultura. Estos destinos son perfectos para llevar a los niños a una experiencia de inmersión en nuestra cultura.
Huejutla de Reyes, Hidalgo: Ahí podrás ser parte del Xantolo, esta tradicional celebración data desde los tiempos prehispánicos. En este poblado de la Huasteca Hidalguense podrás apreciar los arcos y altares tradicionales, los cuales dan entrada a los muertos en este día de celebración, con baile de los tradicionales huapangos y las comparsas que utilizan máscaras de madera o cuero para ocultarse de la muerte.
Xalapa, Veracruz: Aquí cada año se organiza el Festival Mictlán, el cual posee diferentes sedes entre los que destacan el antiguo panteón de Xalapa, el cual adornarán con altares y ofrendas tradicionales. Durante 5 días darán muestra de las tradiciones mexicanas con un gran programa de actividades culturales, como teatro, danza y música, que toman los espacios públicos y los llenan de la magia y el misterio que caracterizan estas fechas.
Tuxtepec, Oaxaca: Podrás apreciar las ofrendas en todo su esplendor, con los detalles característicos de la tradición, pero lo que hace que ir a celebrar el día de muertos en Oaxaca sea inolvidable, son los tapetes de aserrín, los cuales comienzan a elaborar desde días antes para que luzcan impecables para el concurso que reúne a las regiones aledañas.
Coatepec Costales, Guerrero: Es una comunidad en el municipio de Teloloapan donde se siguen las tradiciones de los indígenas nahuas, lo cual hace que la celebración sea diferente. Iniciando los preparativos para esta celebración 30 días antes, con rezos y repiques de campanas que veneran a las animas, además de las grandes ofrendas que son colocadas para sus difuntos.
Xochimilco, Ciudad de México: Partiendo del embarcadero de Cuemanco, te adentras a los canales de Xochimilco, una zona ajena a la ciudad, donde desde hace más de 20 años se realiza la representación de “La llorona”, durante los meses de octubre y noviembre. Las butacas son trajineras que navegan en un camino alumbrado por antorchas que te trasladan hasta la gran Tenochtitlan, que se complementa con música, danza, pirotecnia y juego de luces.
Estos destinos, mucho menos conocidos que los clásicos en Pátzcuaro o en San Andrés Mixquic, puede llegarse en autobús desde muchas ciudades del país. Si quieres conseguir boletos, esta plataforma en línea es una buena opción.
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